lunes, 13 de octubre de 2014

depresión infantil


DESARROLLO SOCIOEMOCIONAL

DEPRESIÓN EN NIÑOS Y ADOLESCENTES: INFORMACIÓN PARA PADRES Y EDUCADORES.
ASEGURANDO UN INCIO SALUDABLE. PROMOCIONANDO UN FUTURO BRILLANTE
By Ralph E. “Gene” Cash, PhD. Nova Southeastern University. (Texto adaptado)
La depresión es un problema serio de salud que puede afectar a personas de todas las edades, incluyendo niños y adolescentes. Generalmente se ha definido como una experiencia persistente de tristeza o de humor irritable así como anhedonia, una pérdida de habilidad para experimentar placer en casi todas las actividades. Se incluye una serie de otras de otros síntomas tales como un cambio en el apetito, interrupción de los patrones de sueño, incremento o disminución del nivel de actividad, dificultades de atención y concentración, y una marcada disminución de los sentimientos de autoestima.
El trastorno de depresión mayor, frecuentemente llamado depresión clínica, es peor que estar desmotivado o tener un mal día. Es diferente de los sentimientos normales de dolor que siguen a una importante pérdida, tal como un fallecimiento en la familia. Es una forma de enfermedad mental que afecta a la persona en su conjunto. Cambia la forma en la que las personas sienten, piensan, y actúa; no es una debilidad personal o un fallo de carácter. Los niños y los jóvenes con depresión no pueden sentirse bien consigo mismos. Si se deja de tratar, la depresión can llevar a fracaso escolar, desórdenes de conducta y delincuencia, anorexia nerviosa y bulimia, fobia social (a la escuela), ataques de pánico, abuso de sustancias o incluso el suicidio.

Factores de riesgo.
Niños y adolescentes, bajo situaciones de estrés, quienes han experimentado una pérdida significativa de atención, aprendizaje, o desórdenes de conducta, están en grave riesgo de padecer depresión clínica. No hay diferencia entre sexos en vulnerabilidad en la infancia a la depresión. Pero durante las adolescencia las chicas desarrollan dos veces más desórdenes depresivos que los chicos. Los niños que sufren depresión mayor tienen más probabilidades de tener una familia con desórdenes, frecuentemente uno de los progenitores ha experimentado depresión en una edad temprana. Adolescentes deprimidos tienen más probabilidades de tener familiares que hayan padecido depresión, sin embargo, la correlación no es tan alta con niños más jóvenes.
Otros factores de riesgo de depresión para niños y adolescentes incluye episodios previos, desórdenes de ansiedad, conflictos familiares, orientación sexual incierta, pobres resultados académicos, abuso de sustancias, pérdida de parientes o seres queridos, ruptura de relación amorosa, enfermedades crónicas como diabetes, abuso o negligencia, y otros traumas, incluidos los desastres naturales.
Signos y síntomas
Las características de la depresión que habitualmente aparecen en niños, adolescentes y adultos incluye: 
  • Tristeza persistente y humor irritable.
  • Pérdida de interés o placer en actividades que antes agradaban.
  • Significativo cambio en el apetito y peso.
  • Dificultades para dormir o dormir demasiado.
  • Signos físicos de agitación o excesivo letargo y pérdida de energía.
  • Sentimientos de inutilidad o culpa inapropiados.
  • Dificultades de concentración.
  • Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.
 Características de la depresión infantil.
 La forma de expresión de los síntomas varía con el nivel de desarrollo. Los síntomas asociados con la  depresión más comunes in niños y adolescentes que incluye a los adultos:
  • Pereza frecuente, quejas físicas inespecíficas (dolores de cabeza, estomacales).Ausencias frecuentes al colegio, o inusual desarrollo (rendimiento) escolar.
  • Negativa a ir al colegio o excesiva ansiedad a la separación.
  • Explosiones de rabia, quejas, inexplicable irritabilidad, o llanto.
  • Aburrimiento crónico o apatía.
  • Pérdida de interés en jugar con otros niños.
  • Abuso de alcohol o drogas.
  • Retirada, aislamiento social, y comunicación pobre.
  • Miedo excesivo o preocupación por la muerte.
  • Sensibilidad extrema a rechazo o a fallar.
  • Berrinches inusuales, desafío o conducta opositora.
  • Conducta sin reglas o desorganizada.
  • Dificultades para mantener relaciones.
  • Regresiones (conductas infantiles, mojar o ensuciar después de entrenamiento en el baño).
  • Incremento de las conductas de riesgo.
La presencia de uno o casi la totalidad de esos signos a síntomas no significa necesariamente que una persona en particular está clínicamente deprimida. Si la mayoría de los características están presentes, sin embargo, podría ser una causa para preocuparse y podría sugerir la necesidad de una evaluación profesional.

Evaluación y tratamiento

Evaluación diagnóstica.
Las buena noticias es que la depresión es tratable. Todo el que recibe una intervención apropiada puede ser ayudado. El diagnóstico temprano y un tratamiento apropiado son esenciales para niños y adolescentes deprimidos. Los niños que exhiben signo de depresión clínica deben ser orientados y evaluados por profesionales de la salud mental especializados en el tratamiento de niños y adolescentes. Una evaluación diagnóstica exhaustiva, puede incluir exámenes físicos tests laboratorios, entrevistas con el niños y con los padres, observaciones de conducta, testo psicológicos y consultas con otros profesionales.
Tratamiento de la depresión.
 Un plan de tratamiento comprensivo frecuentemente incluye educación del niño o del adolescente y de la familia en relación a la enfermedad, asesoramiento (counseling) o psicoterapia, inicio de la evaluación y monitorización, y en algunos casos, medicación psiquiátrica. Este plan es desarrollado de forma óptima con la familia, y si es posible, el niño o el adolescente que deben participar en la toma de decisiones. Es importante reconocer que la enfermedad la enfermedad en general y los desórdenes mentales en particular, tienen diferentes características y responden de forma diferente al tratamiento en diferentes grupos culturales. Por lo tanto, la aproximación del diagnóstico y el tratamiento debe ser culturalmente sensible para ser efectivo.
Lo que pueden hacer los adultos para ayudar.
Es importante que todos los adultos que tienen contacto frecuente con niños y adolescentes conozcan los signos de advertencia de la depresión. Si se sospecha que un niño está deprimido, los padres o cuidadores deben ser informados. No dude en preguntar al niño lo que piensa, lo que se propone, o si ha tenido planes de suicidio. No se darán nuevas ideas, y se puede salvar la vida preguntando sobre ello. Si el niño admite sentimientos suicidas, permanezca con el niño o consiga ayuda de un profesional inmediatamente. El personal del colegio puede ser un importante soporte con información y referencias de servicios comunitarios. Adicionalmente, los padres, el personal del colegio, y otros adultos puede ejercer funciones de control de la efectividad o de la ayuda para asegurar el cumplimiento de los planes de tratamiento.
Lo que el colegio puede hacer.
Los colegios puede facilitar la prevención, identificación y tratamiento para la depresión en niños y adolescentes. Los estudiantes pasan mucho de su tiempo en escuelas donde son constantemente observados y evaluados, y están en contracto con hábiles y bien formados profesionales. Las intervenciones efectivas deben involucrar la colaboración entre las escuelas y las comunidades para determinar las condiciones que producen la frustración, apatía, alineación, y desesperanza experimentada por muchos de nuestros jóvenes.
(...) Algunos de los más importante pasos para las escuelas pueden incluir:
  • Desarrollar un ambiente de cuidado y apoyo para los niños, padres y facultativos.
  • Asegurar que todos los niños y los padres son bienvenidos en el colegio.
  • Prevenir todas las formas de acoso como forma de política de la escuela
  • Establecer una reglas claras y públicas de obligado cumplimiento.
  • Tener planes de prevención del suicidio y la violencia en el lugar e implementarlos.
  • Tener planes específicos de negociación con los medios, padres, profesores y alumnos en las secuelas de suicidios, violencias escolar o desastres naturales.
  • Romper la conspiración de silencio (explicando claramente que la obligación de todos los estudiantes informa sobre cualquier actos de violencia o suicidio a un adulto responsable).
  • Enfatizar y facilitar la colaboración entre los hogares y los colegios.
  • Formar a los padres y a los profesores en intervenciones apropiadas para estudiantes que se sospeche o que estén deprimidos.
  • Utilizar los profesionales expertos en salud mental en el colegio psicólogos, educadores sociales, psicólogos educacionales) en planes de intervención y prevención, así como en la formación de otros.
COMENTARIO:
La adaptación del presente artículo aporta datos relevantes para el conocimiento de nuestros hijos. Las etiquetas habituales de niños inquietos, malhumorados y simplemente apáticos pueden ser considerados desde la perspectiva de este artículo. En ocasiones, un diagnóstico rápido e impreciso puede llevar a que nuestro retoño sea diagnosticado de ”niño hiperactivo”. Incluso aquellas personas que piensan que es maravilloso que sus hijos sean de esos niños a los que les encanta jugar solos pueden tener una perspectiva nueva. Y además, la consideración de los síntomas per se, no tienen porqué significar un diagnóstico certero, sino más bien una aproximación a una perspectiva diferente, una señal para aproximarnos más a nuestros hijos e intentar conocerlos un poco mejor.

lunes, 6 de octubre de 2014

Presentación



PRESENTACION

Bienvenido al blog de Psicoaliado.
Creo firmemente en que el conocimiento de las cosas nos hace mejores personas. Dicho esto, este blog tiene por objeto la divulgación de los aspectos relativos a la Psicología como ciencia, que pudieran ser de interés para el público en general. Es difícil dirigirse a todos para que te entiendan. Los técnicos no deben buscar artículos científicos, sólo los aspectos prácticos que los mismos pudieran tener. Y para aquellos que no entiendan algo, estaré encantado de poder aclarar las cuestiones que sean necesarias.
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Por cierto, mi nombre es Fco. Morcillo, Licenciado en Psicología, aunque sigo estudiando...