CASO 1. Un caso paradigmático.
Cuando Adrián (nombre figurado) empezó con sus problemas, tenía algo más de 20 años. Adrían es el menor de dos hermanos y se crió en un ambiente sobreprotector. Terminó la enseñanza obligatorio y el bachillerato sin demasiados esfuerzos, pero a pesar de sus capacidades no se planteó seguir estudiando. Tuvo que pasar algo de tiempo hasta que pudo acceder a un trabajo de cierta responsabilidad. En sus relaciones personales, Adríán sentía que tenía el apoyo social que necesitaba, medido en el número de seguidores de las redes sociales y en amigos de salidas de fin de semana. Además había iniciado una relación de pareja con una joven de su edad, pudiendo considerarla en su contexto como la primera relación seria de su vida. Adríán siempre había tenido tendencia al pensamiento inflexible, a la exigencia (tanto propia como la de los demás) y al control de los elementos de su entorno, pero en las circunstancias anteriores esto no le supuso ningún problema.
Pero la vida de Adríán estaba sufriendo una transformación, el nuevo trabajo le supuso un aumento de la exigencia externa y de la interna para hacer frente a las nuevas situaciones. Unido además al valor personal que le dio a su nueva relación de pareja, de la que no quiso perderse ni un minuto. Adríán empezó a preocuparse por cómo le estarían yendo las cosas y empezó a afectarle a su descanso personal, redujo sustancialmente las horas de sueño, sintiéndose casi siempre agotado.
A partir de este momento, toda la situación sufrió un deterioro. Las preocupaciones eran ya incontrolables. En el trabajo, al presentar agotamiento y falta de actividad empezó a tener dificultades, bajando el rendimiento. Lo cual hizo que siguiera preocupándose más por ello y agotándose todavía más. Su relación de pareja también sufrió cierta erosión y sus relaciones personales no apoyaron tanto como él pensaba su situación personal. Todo ello, hizo que Adríán sufriera una crisis que terminó en manos de un profesional.
LA TEORÍA DEL DESCANSO PERSONAL.
Desde el modelo teórico se predice que cuando una persona es superada por la situación en la que vive, su descanso personal y su sueño se verán afectados, haciendo que la situación en su conjunto se deteriore aún más. Si la situación perdura en el tiempo podría causar síntomas de una psicopatología.
Esta parece ser la situación en la que se encontraba Adríán. La vida de este joven estaba sufriendo un cambio radical, pasando de las actitudes propias del final de la adolescencia, a unas responsabilidades propias de la madurez. El problema fue que Adríán, debido al entorno en el que se había criado, no disponía de las estrategias necesarias para llevar a cabo este fin. Su pensamiento rígido, y su autoexigencia hicieron que se sintiera desbordado. La afectación del sueño hizo que no pudiera rendir, ni siquiera intentar afrontar las nuevos sucesos desde los aprendizajes diarios. Intensificándose la situación hasta un deterioro más importante, llegando a quedar la situación en manos, primero de un psiquiatra, y después de varios psicólogos.
Adríán nunca llegó a completar una terapia contra su diagnóstico final, que fue trastorno de ansiedad generalizada. Si bien, a pesar de ello, sí se concienció de la importancia que para él tenía su descanso personal, su sueño.
En la actualidad, Adríán lleva una vida prácticamente normal, durmiendo con regularidad sin ayuda de fármacos. Pero muy a mi pesar, no ha completado ningún programa de terapia, por lo que presenta las mismas carencias y falta de habilidades.
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